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#4 - Las 4 Virtudes Cardinales del Estoicismo: la Templanza

Episode Summary

En el episodio de hoy seguimos profundizando en las 4 Virtudes Cardinales del Estoicismo. Hoy es el turno de analizar la Templanza, también interpretada como Moderación. Además, también veremos algunos sencillos ejercicios prácticos para que puedes empezar a aplicarlos a tu vida cotidiana.

Episode Transcription

Cuentan que cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes el noble arte de la espada y la meditación. A pesar de su edad, circulaba la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación. Solía esperar a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero se fue hasta donde estaba el viejo samurai para derrotarlo y así aumentar su fama.

Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío. Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzó a insultar al anciano maestro.

Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus antepasados.

Durante horas hizo todo por provocarle, sin embargo el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-“¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?”.

El maestro les preguntó:“Si alguien llega hasta vosotros con un regalo y vosotros no lo aceptáis, ¿a quién pertenece el obsequio?”.

– “A quien intentó entregarlo”, respondió uno de los alumnos.

-“Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo”.

Hola Estoico, Hola Estoica! Soy Pepe García y estas escuchando el podcast de El Estoico: el podcast de estoicismo en español en el que vamos a hablar de estoicismo, de figuras estoicas y de ejercicios que puedes poner en práctica desde ya para mejorar tu vida. Arrancamos!

Quiero darte la bienvenida a este cuarto episodio de El Estoico. En el capítulo de hoy vamos a CONTINUAR hablando de las 4 Virtudes Cardinales, que recordemos son los principios a través de los cuales los estoicos dirigían su vida para vivir conforme a la naturaleza y la virtud. Como ya sabes, estas 4 Virtudes Cardinales son: sabiduría, coraje, justicia y templanza.

Hoy he decidido comenzar el podcast con una historia corta en la que se representa de forma muy práctica la virtud de la que vamos a hablar hoy: la TEMPLANZA.

Este concepto de Templanza viene del término griego Sôphrosunê, que también se traduce como Moderación.

Es un término algo difícil en algunos aspectos.

Se entiende como la moderación en relación con los deseos y placeres. También como autodisciplina o autocontrol, en el sentido de que es uno quien elige y es cauteloso acerca de lo que debería hacer o no, sabiendo lo que es mejor para el.

Es decir, el autocontrol jugaría un papel central aquí, ya que es necesario para ejercer la prudencia, la moderación. Recuerda la historia del samurai japonés, cómo ejercía su autocontrol ante los insultos.

Por ello, podríamos decir también que la templanza o la moderación están estrechamente relacionadas con el concepto de “Prosoche”, cuya traducción más acertada es “prestar atención” y que muchas personas hoy relacionan con el concepto de mindfulness o "atención plena".

De lo explicado hasta ahora y, según mi forma de entenderlo, los pasos lógicos que implican desarrollar la templanza serían:

1) Autoconsciencia: antes de ejercer el autocontrol, debemos ser conscientes de que es necesario hacerlo.

2) Autocontrol: una vez somos conscientes de ello, ejercerlo efectivamente.

3) Templanza/moderación (sôphrosunê): gracias a ejercer nuestro autocontrol, podemos actuar con prudencia y moderación.

Epicteto fue un autor que trabajó muchísimo este concepto, y dice que implica el conocimiento de "lo que debería elegirse o evitarse" en el dominio de los "impulsos", es decir, guía nuestras intenciones de actuar según ciertos deseos.

Epicteto nos pregunta: "Si anhelas llegar a ser diestro en el arte de vivir con prudencia, ¿crees que puedes comer y beber en exceso?"

También de Epicteto es la siguiente enseñanza. Decía:  «Acuérdate que debes comportarte en la vida como en un banquete. Si se pone algún plato delante de ti, puedes meter la mano y tomar honestamente tu parte; si sólo pasa por delante de ti, guárdate bien de detenerlo o de meter la mano en él temerariamente: antes, espera apacible a que vuelva a ti. Lo mismo debes hacer para con tu mujer, tus hijos, las dignidades, las riquezas y todas las otras cosas de este género.”

Y ahora, vamos a ver unos ejercicios prácticos para entrenarnos en mejorar nuestra templanza en la vida cotidiana

Como acabamos de explicar, para ser capaces de ejercitarnos en la templanza, primero debemos ser conscientes y disciplinados. Por ello, lo ideal, antes de enfrentarte a una situación que creas que va a requerir de tu autocontrol, te animo a que te vayas a un lugar donde puedas estar a solas durante cinco minutos y hagas el siguiente ejercicio:

- Cierra los ojos, y respira. Concéntrate en tu respiración, en cómo entra y sale el aire. No juzgues si la respiración es larga o corta, demasiado o poco profunda, simplemente céntrate en notar lo que sientes.

- Ahora, cuando hayas hecho unas 10 respiraciones, concéntrate en la parte de tu cuerpo/alrededor que creas que más vas a necesitar en tu autocontrol (por ejemplo, en el estómago si vas a comer, o en los sonidos que escuchas si vas después a una reunión) y date cuenta de las sensaciones. ¿Tienes tanta hambre como pensabas? ¿Te puedes centrar en el sonido sin que tus pensamientos te interrumpan durante más de 20 segundos?

Como en el resto de las virtudes, también ayuda hacerse una serie de preguntas en el momento adecuado.

Ejemplos:

- Cuando vayas a cenar, pregúntate: ¿cuánta hambre tengo? ¿De verdad tengo tanta hambre como para llenarte el plato hasta arriba?

- Piensa en una persona que consideres prudente/moderada, ¿qué haría en esta situación?

 

- ¿Qué haría una persona que tiene la situación bajo control? ¿qué haría Epicteto?

De eso se trata la templanza o la moderación: no hacer nada en exceso. Hacer lo correcto en la cantidad correcta de la manera correcta.

Así que hoy y todos los días, recuerda la advertencia estoica para encontrar el término medio. No te vayas a un extremo ni al otro. Haz de la templanza tu objetivo en cada parte de tu vida, y tu yo futuro te lo agradecerá.

Antes de despedirme, quería contarte que hoy he sacado un nuevo post en el blog de elestoico.com, en el que hablo de las similitudes entre el Ajedrez y el Estoicismo, y de cómo una disciplina puede ayudarte a mejorar en la otra. En el artículo también te cuento que he llegado a un acuerdo con Chess.com para promover la práctica del Ajedrez, porque creo profundamente en sus beneficios mentales, emocionales, educativos y sociales.

Si quieres jugar conmigo en Chess.com, sigue las instrucciones que explico en el post sobre cómo hacerlo, y nos vemos allí.

Y hasta aquí el episodio de hoy, espero que te haya gustado y que lo pongas en práctica. Si quieres ayudarme a que el podcast de El Estoico crezca y pueda ayudar a mas gente, te animo a suscribirte y recomendarlo en la plataforma de podcast que utilices, en redes sociales o, mejor aún, a tus amigos. Y si quieres mandarme alguna idea o quieres que hable de algo en especial, puedes contactarme a elestoico.com@gmail.com o en cualquiera de mis perfiles de redes sociales: @elestoicoesp

Nada más por hoy, muchísimas gracias por estar ahí y ¡hasta la próxima!