En el episodio de hoy hablamos de cómo las técnicas de visualización negativa te pueden ayudar a terminar con la adaptación hedónica, el fenómeno que nos hace creer que seremos más felices con lo que nos falta que con lo que ya tenemos. ¡Dale a like, comenta y comparte con quien creas que necesita oír esto!
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Adaptación Hedónica y Visualización Negativa
“Cuando cada noche despidas a tu hijo en la cama, bésalo y recuerda que mañana podría no despertar.” - Epicteto.
Hola Estoico, Hola Estoica! Soy Pepe García y estás escuchando el podcast de El Estoico: el podcast de Estoicismo en español en el que vamos a hablar de Estoicismo, de figuras estoicas y de ejercicios que puedes poner en práctica desde ya para mejorar tu vida. ¡Arrancamos!
Te quiero dar la bienvenida a este nuevo episodio, episodio número 11, de El Estoico, en el que vamos a hablar de dos conceptos fundamentales para entender y aplicar la filosofía estoica: la adaptación hedónica y la visualización negativa.
Pero antes de empezar quería recordarte que recientemente he abierto un perfil en la plataforma Patreon donde TODOS LOS DÍAS subo 1 post y 1 podcast con contenido exclusivo sobre estoicismo en español, contenido que no encontrarás en ninguna parte en internet.
¿En qué consiste ese contenido? Normalmente en una frase o reflexión estoica, que desarrollo para facilitar su comprensión y puesta en práctica, ampliando lo que esa frase estoica quiere decir, y también añado una serie de ejercicios prácticos para que puedas incorporar ese nuevo conocimiento a tu vida desde el primer momento.
Los 3 primeros posts y podcasts de cada mes son gratuitos, por lo que te animo a pasarte por patreon.com/elestoicoesp, para que puedas echarles un vistazo y suscribirte si ese contenido te ayuda.
Y ahora sí, vamos a empezar con el episodio de hoy, en el que vamos a hablar de la adaptación hedónica y la visualización negativa como conceptos claves para entender esta maravillosa filosofía práctica que es el estoicismo. Vamos a ello.
La adaptación hedónica es el nombre que los psicólogos Shane Frederick y George Loewenstein le dieron al siguiente fenómeno:
Querer un coche nuevo >>> trabajar duro y ahorrar para conseguirlo >>> comprarlo y disfrutarlo las primeras semanas/meses >>> ver un coche más grande y más bonito >>> ser infeliz con el coche que te compraste y desear ese nuevo modelo que crees te hará más feliz aún.
¿Te suena de algo? A mí, desde luego, sí. Debo reconocerte que me ha pasado, y no sólo con un coche.
Los seres humanos buscamos el placer constantemente, seamos conscientes de ello o no.
Siempre ha sido así,
y hoy en día más porque podemos conseguir prácticamente todo lo que queramos al instante o, como muy tarde, en 24 horas.
Nos marcamos metas, objetivos a conseguir y perseguimos sueños, que son reemplazados por otros más grandes, más bonitos, y normalmente más caros tan pronto los hemos alcanzado.
Creemos que corremos en busca de una mejor versión de nosotros mismos, avanzando por el camino de la vida, cuando en realidad estamos persiguiendo una zanahoria en una cinta de correr.
Queremos un televisor con más pulgadas y más canales, un trabajo con más responsabilidad y, por supuesto, mejor remunerado, una pareja más guapa y más lista, una casa de dos plantas y con jardín para jugar con los niños. Y cuando consigamos todo eso, entonces sí, seremos más felices.
El proceso se repite constantemente, y no nos damos cuenta, porque no tenemos tiempo, que siempre es el mismo: desear algo y creer que serás más feliz cuando lo consigas >>> trabajar duro para conseguirlo >>> conseguirlo >>> darte cuenta de que te hace feliz durante un tiempo >>> y volver a desear otra cosa que te parece mejor.
Esto, queridos y queridas oyentes, es la adaptación hedónica. Adaptarnos a nuestra situación para, pasado un tiempo, desear otra que nos parece mejor y a la que también nos adaptaremos.
Y vuelta a empezar. Desear, conseguir, adaptarnos. Desear, conseguir, adaptarnos.
Y de qué pasa cuando deseamos pero no conseguimos, mejor hablamos en otro capítulo.
Te estarás preguntando: ¿de dónde viene la adaptación hedónica?
Seguramente hayas oído hablar antes del Hedonismo. Esta palabra que viene del griego “hedoné”,significa placer, y la RAE lo define como:
Teoría que establece el placer como fin y fundamento de la vida, y como Actitud vital basada en la búsqueda del placer.
Por lo tanto, sabiendo ahora lo que es el Hedonismo, entendemos que la adaptación hedónica es, ni más ni menos, que la adaptación al placer.
Es el momento de profundizar en el segundo concepto estoico de hoy: la visualización negativa.
La Visualización Negativa es, en mi opinión, una de las herramientas psicológicas más útiles y prácticas del estoicismo. Son muchos los estudios que han demostrado científicamente el poder de las técnicas de visualización, y esta en concreto es muy sencilla de poner en práctica. Simplemente consiste en visualizar que puede pasarte algo malo o que puedes perder algo que valoras mucho. Por ejemplo, puedes imaginar que le dicen a tu pareja que le quedan 3 meses de vida, que han secuestrado a un familiar o que te han robado un bien muy preciado.
¿Para qué querrías imaginar algo así?
Para valorar más lo que SÍ tienes ya en tu vida, y dejar de perseguir constantemente algo que no te hará más feliz.
Séneca nos recuerda que tengamos bien presente que podemos perder cualquier cosa que tengamos. Que todo lo que tenemos, es temporal. Nos dice: “Recuerda que todo lo que tenemos es un préstamo de la fortuna, que puede reclamarlo sin nuestro permiso; de hecho, sin avisar siquiera. Por tanto, hemos de amar a nuestros seres queridos, pero siempre con el pensamiento de que no existe la promesa de que estén a nuestro lado para siempre; no, y ni siquiera con la promesa de conservarlos mucho tiempo.”
Séneca nos quiere decir que debemos amar y disfrutar de nuestros seres queridos, pero también pararnos a reflexionar periódicamente en la posibilidad de que este placer llegará a su fin algún día.
Entonces, ¿por qué decimos que visualizar las cosas negativas que pueden ocurrirnos puede ser la solución a la adaptación hedónica? Porque al igual que estamos programados para perseguir el placer y evitar el dolor, estamos hechos para valorar lo que tenemos cuando lo perdemos.
Seguro que alguna vez has escuchado la famosa frase: “no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes”. Esto es justo lo que tratamos de evitar con la Visualización Negativa, que tengas que perder algo para valorarlo, cuando puedes valorarlo cada día.
Por ejemplo, ¿cómo puedes valorar más a tus seres queridos? Recordando el siguiente pasaje de Epicteto:
“Cuando cada noche despidas a tu hijo en la cama, bésalo y recuerda que mañana podría no despertar.”
Sé que esto suena muy macabro y poco probable estadísticamente hablando, pero puede ocurrir perfectamente. Epicteto nos recuerda que nuestros seres son mortales y, por tanto, nos pueden ser arrebatados en cualquier momento. Es un pensamiento desagradable, pero, ¿acaso no es cierto?
Te recomiendo que recuerdes estas sabias palabras de Epicteto cada vez que tu pareja se despida de ti por la mañana para ir a trabajar y tú le despidas mientras miras el móvil y te comes la tostada. Piensa que podría tener un accidente de camino al trabajo y no volverás a verle. Nuevamente, sé que esto es un pensamiento macabro, pero ¿te despedirías igual sabiendo que podría ser la última vez?
Vamos a ver un ejemplo más para entender hasta qué punto imaginar la muerte de un ser querido puede hacernos apreciar su existencia:
Imagina a dos padres con sus respectivas hijas. El primero de ellos sigue el consejo que nos acaba de dar Epicteto e imagina y reflexiona de vez en cuando sobre la muerte de su hija. Al segundo no le gusta pensar sobre ello. ¿Para qué? Es mejor asumir que su hija siempre estará ahí, porque si no se pondrá triste.
Creo que me equivocaría poco si te dijera que el primer padre será mucho más atento y cariñoso que el segundo. Cuando vea a su hija despertar cada mañana, le hará mucha más alegría verla y estará más agradecido porque estén juntos un día más. El segundo padre, en cambio, dará por garantizado que su hija se levante, pues es joven y fuerte, y le dará los buenos días mientras lee las noticias en el móvil.
¿Qué tipo de padre/madre prefieres ser? ¿Qué tipo de persona quieres ser: la que siempre está insatisfecha porque quiere más y no lo tiene, o la que valora y da gracias por lo que tiene, porque podría tener menos?
Y hasta aquí el episodio de hoy, espero que te haya gustado y que lo pongas en práctica. Si quieres ayudarme a que el podcast de El Estoico crezca y pueda ayudar a mas gente, te animo a suscribirte y recomendarlo en la plataforma de podcast que utilices, en redes sociales o, mejor aún, a tus amigos. Y si quieres mandarme alguna idea o quieres que hable de algo en especial, puedes contactarme a elestoico.com@gmail.com o en cualquiera de mis perfiles de redes sociales: @elestoicoesp
Nada más por hoy, muchísimas gracias por estar ahí y ¡hasta la próxima!